lunes, 15 de noviembre de 2010

Mala noche esa.

Para Pochonguito y para los de

cuarto y su número veinte y cuatro.

Anoche tuve un sueño:

Estaba de pié, en medio de una iglesia en llamas. Miré por la ventana y vi que la luna abría un hoyo en el sol y se adentraba el él, el sol se congelaba y yo abría los ojos al mundo en el que realmente nos encontrábamos: el solo, la luna, nuestro planeta eran unos pequeños granos de arena en un pequeño hueco en la suela de un pequeño zapato. No somos nadie.

Entraste a la iglesia en llamas y me dijiste que saliera, que morirías solo y me pediste que no olvidara llevarme tu cordura y salí y te vi morir en llamas desde fuera.

Cuando desperté, mi casa se estaba quemando.

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