lunes, 8 de abril de 2013
Yo que tengo tan poco que decir, y que conozco aún menos, ¿qué haré? Cuando se me gaste la lengua, qué haré. ¿Sonreirle al mundo y ser feliz? Como robarle la tarea a los errantes. Qué dolor en mi pierna, por no tener qué decir. Qué enfermedad más dura de padecer, qué cosa. Horrible, horrible esta vida. Vida en la que tengo miedo de que quien me lea se crea que está dirigido a él, y que no sea cierto. Y que en verdad sí lo sea, y eso. Qué dulce estar triste. No me digas, no me digas que es malo vivir así, cuando es la forma en la que vivo. No es malo que viva yo. ¿Qué haremos? Debemos hacer algo. O nada, como prefieras. Hazme miserable un poco más. ¡Oh, cómo quiero que me hagas miserable un poco más! Para que esté dirigido a tí siempre, siempre, por todos los tiempos. En el pasado, en el futuro. Siempre a tí. Y que me ames, y que pueda escupir, y que sea tuya, y no necesites a nadie más. ¿Qué haré, ahora que no tengo nada de eso, que lo perdí o nunca lo tuve? Qué haré, me pregunto. Dime qué hacer, dime que puedo amarte, pídeme que sea tuya. To live life passionately.
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