-¿Quieres, muchacha?
-No.
-¿No?
-No.
-¿Segura?
-Segura.
-Bueno
-Bueno.
-En fin. Te lo pierdes. Era volta.
-No queria volta, de todos modos.
-Y si. Si querias, linda.
-¿Y tu como sabes eso?
-Me lo pediste.
-Mientes.
-Miento. Pero no importa que mienta ahora, si igual te vas.
-Me ire.
-Vete.
-Adios.
El hombre prende un cigarrillo y se queda fumando toda la noche sentado en un feo banquillo, dejandola ir.